Si hay algo satisfactorio en este trabajo que es casi una elección de vida, es ver cómo crecen los niños a los que fotografiamos. Aunque los tenemos sólo un rato en el estudio, se quedan grabados en nuestra retina y ahí permanecen hasta que les vemos meses o años más tarde convertidos en pequeños hombrecitos.
Es el caso de Jaime y Pablo, dos hermanos mellizos de 10 años que han venido este sábado al estudio para hacerse sus fotos de la Primera Comunión. Ya habían venido al estudio en agosto de 2009 (qué lejos parece…) para un reportaje muy veraniego. No sabéis la alegría y satisfacción verlos ahora mayores, preparándose para ese día tan especial. Siguen conservando esa complicidad propia de los hermanos que han nacido al tiempo y con una alegría y chispa desbordante.
A Pilar y su marido les agradecemos que confíen en nosotros para ese momento tan especial. Si queréis ver más fotos como estas podéis visitar nuestras galerías.